La adolescencia

Concha Ramo Cervera

La adolescencia es una etapa de la vida en la que el individuo va perdiendo su condición de niño y va adquiriendo características de adulto. Es un proceso en el que se dan duelos por la pérdida del cuerpo, de la identidad infantil y por los padres de la infancia. En su temor al crecimiento y en la angustia de entrar en el mundo adulto, los sentimientos de rivalidad e invalidez hacen que a menudo el adolescente haga una huida progresiva del mundo exterior y busque un refugio temporal en su mundo interno. En ese momento a menudo lo salva de su silencio el escribir un diario íntimo, o la relación con un amigo hecho a su imagen y semejanza. Refugiarse  en su mundo interno, les posibilita  reconectarse con su pasado y desde allí enfrentar el futuro. La reacción del mundo exterior, que aceptará o rechazará su riqueza creciente, le permitirá o le impedirá desarrollar lo que es típico del pensamiento y de la acción del adolescente. (Aberastury 1973 ,1959)

Las modificaciones corporales (pérdida del cuerpo infantil) son vividas al principio como una invasión, su cuerpo cambia progresivamente y no sabe cómo deparará. Su desarrollo físico, de los órganos sexuales y de la capacidad de reproducción, es vivido por el adolescente como una irrupción de un nuevo rol que modifica su posición frente al mundo y que además le compromete también en todos los planos de la convivencia.

Su identidad infantil también se tambalea, por lo que va buscando y construyendo en un largo proceso, en un plano consciente e inconsciente, una nueva identidad. Así en el adolescente pueden observarse a menudo la representación de varios personajes, a veces contradictorios entre sí, cambios bruscos en su estado de ánimo, vestimentas, opiniones, etc. No quiere ser como determinados adultos (a menudo referentes en su infancia, como sus padres) y elige a otros como ideales. En ésta búsqueda de identidad no es extraño que el individuo recurra a la búsqueda de “uniformidad”, que puede brindar seguridad y estima personal. De esta forma surge el espíritu de grupo tan importante para el y la adolescente; hay un proceso de sobre-identificación en donde todos se identifican con cada uno, donde pueden compartir, sentirse entendidos, confrontarse y hacer ensayos de relación adulta con el mismo y distinto sexo

El grupo, las amistades, facilitan “un lugar de transición” y “tiempo de transición”, un espacio potencial que posibilita vivir el tránsito de la niñez a la edad adulta como “juego”, con toda la seriedad e implicaciones que ello tiene para el/la adolescente(Winnicott, 1971)

El tercer duelo que vive el adolescente tiene que ver con la pérdida de los padres de la infancia, que le protegen, guían y con los que ha establecido vínculos de dependencia propias del niño. Tiene que dejar de ser a través del padre y la madre para ser él mismo y se da un proceso de dependencia-individuación que también le será costoso.El adolescente necesitará ir construyendo su propia identidad, su “ser él mismo”, y encontrar su lugar en el mundo (Aberastury, 1973). Comienza a juzgar con severidad crítica a los adultos, padres, maestros, etc. y expresa así su angustia por tener que entrar en un plano de igualdad y reciprocidad con ellos. Sus propios valores resaltan en la medida en que desvaloriza las capacidades y valores de los padres sin necesidad de hacer el esfuerzo de que resalten por sí mismos. Cuando el adolescente ha realizado una cierta cantidad de logros adultos que le permiten competir sin necesidad de aniquilar al competidor, y se siente ya más poderoso, pueden aflorar los sentimientos de amor y gratitud junto con los de competencia o rivalidad.

Uno de los problemas suele surgir en los adultos que rodean al adolescente, que al sentirse atacados, enjuiciados, molestados y amenazados, pueden reaccionar con una total incomprensión, con rechazo y con un reforzamiento de su autoridad.

Ante este proceso de pérdidas y nuevas adquisiciones, podemos sopesar la situación de aquellos adolescentes que llegan a España en la pubertad (inicio de los cambios comentados) o adolescencia, en el encuentro a menudo con padres, de los que se separaron en la infancia.  Los conflictos en esta coyuntura pueden ser mayores, pues deben buscar grupos de iguales con los que poder identificarse (donde los semejantes autóctonos les son tan ajenos), al tiempo que cuestionan a unos padres de los que algunos adolescentes se separaron hace tiempo.

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Bibliografía

ABERASTURY, A y KNOBEL, M. (1991). La adolescencia normal. Un enfoque psicoanalítico (18ª ed.) Buenos Aires: Paidós.

ABERASTURY, A. (1959). El mundo del adolescente. Revista Uruguaya de Psicoanálisis, V. 3, nº1,  3-25

WINNICOTT, D.W. (1993). Realidad y Juego. Barcelona: Gedisa. (Versión original, 1971).

 

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